El uso intensivo de las distintas plataformas agota. Reuniones, cursos, video conferencias... muchas personas expresan su cansancio.
Además de su (¿desmesurada?) frecuencia, otra razón para que esto suceda es el hecho de que este canal requiere un mayor esfuerzo de concentración, lo cual supone un consumo extra de energía.
Es verdad que estas reuniones virtuales son necesarias en tiempos de pandemia. También parece ser cierto que estas nuevas tecnologías no tienen vuelta atrás. Han venido para quedarse.
El reto al que nos enfrentamos es saber aprovechar todo su potencial gestionando adecuadamente su uso para minimizar los riesgos en nuestra salud.
Una de las prácticas que ayuda es hablar más despacio y comprobar si el mensaje ha llegado de la forma adecuada.
También es importante reconocer cuándo se está cansado para parar. Trabajar cuando uno está cansado es improductivo. Cuando notes que estás agotado, da un paseo (canal físico) o realiza una llamada telefónica importante (canal emocional).
Ten en cuenta los ritmos biológicos. Cada cierto tiempo, haz una pausa (utiliza la técnica Pomodoro, tiene mucho sentido).
¡Ah! Y no te olvides de celebrar los logros (pequeños o grandes) antes de ir a por la siguiente tarea.